jueves, 24 de septiembre de 2015

Mata Mua (Paul Gauguin, 1892)



MATA MUA (o Érase una vez)
Paul Gauguin
1892
Museo Thyssen

Lo primero a destacar de esta obra, que resulta de esencial relevancia, es que fue realizada durante su periodo de estancia en Tahiti. Gauguin, se traslada allí en junio de 1891. Durante este momento importante de su vida, busca huir de la civilización europea y de todo lo artificial para buscar los orígenes más puros del ser humano; al margen de occidente. Como él mismo afirmó en su famosa frase “Je veux aller chez les sauvages”, quiero irme con los salvajes.
Su búsqueda de lo primitivo y lo exótico estuvo presente durante toda su vida, pero es con su estancia en Tahití donde consigue crear un arte más próximo a aquello que él buscaba. Durante su primera estancia estuvo hasta julio de 1893. Esta obra pintada en diciembre de 1892, se realizó como motivo de haber experimentado que el paraíso perdido que buscaba, no existía como tal. El propio titulo de la obra en francés “autrefois”, antaño en español, alude nostálgicamente a aquel pasado glorioso, que para Gauguin, residía en esencia en el arte primitivo.


Pero, a pesar de que su viaje no fue del todo lo que esperaba, logro evadirse de la realizar para pintar lo que pudo ser. En este lienzo se reúnen ambas cuestiones que el planteaba, al presentar el exótico paisaje, con fuertes colores (seña de identidad de Gauguin) y los primitivos bailes y cultos que aparecen al fondo, junto al gran ídolo. En este lugar no hay contaminación, todo es armonía, paz y esencia.


La escena se desarrolla en un paisaje idílico, cerrado por montañas. Hay varios planos de representación, separados entre si por líneas onduladas dispuestas sobre el eje horizontal, dando la impresión de montículos con sombras coloreadas. Estas separaciones las hacían los artesanos antiguos con los esmaltes y las vidrieras, técnica que empleó Gauguin por primera vez en Bretaña.
En este espacio hay dos planos de acción. En primer plano aparece una mujer tocando la flauta junto a otro personaje. Esta representación, es similar a la obra del autor, Arearea (o Pastorales tahitianas), copiando la disposición de las dos figuras y hasta el tipo de árbol. En un segundo término, separados por un árbol que divide la composición hay un segundo grupo que baila alrededor de la diosa Hina, deidad de la luna. Cabe señalar, que esta escena es producto de la ficción de Gauguin, se inspira en varias fuentes, pero desconocemos si la estatua existía o si el ritual fuese de esa forma.
Los colores, muy variados, están aplicados de manera plana, siguiendo la estampa japonesa, interesándose por los contrastes cromáticos, y quedando algunos restos de influencia impresionista al aplicar algunas sombras coloreadas.


Lo que encontró Gauguin en Tahití, no era más que los restos de un pasado glorioso, para entonces en vías de extinción (hoy día, extinto por completo). Mata mua (Érase una vez); es un canto a la vida originaria que tanto ansiaba encontrar el pintor francés. Lo realiza en colores planos, muy vivos, al margen de cualquier pretensión naturalista, lo cual supone una pintura muy primitiva, un canto a esa edad de oro perdida.


Enlace:
http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_obra/710

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